En nuestro último post te hablamos sobre los trastornos temporomandibulares y comentamos que uno de sus síntomas comunes es sentir que la mandíbula se bloquea y que no puede moverse con naturalidad. Pero las dificultades para abrir la boca con normalidad también pueden ser causadas por otro tipo de circunstancias. Por ejemplo, ¿habías oído hablar alguna vez del trismus dental?
Probablemente tu respuesta sea no… y es normal. Este es el nombre técnico por el que se conoce a una condición que produce una apertura bucal deficiente. Tiene varias causas posibles y sus consecuencias pueden llegar a afectar la cotidianidad del paciente.
Para que sepas qué es, cuáles son sus síntomas y los tratamientos que se pueden aplicar, en esta nueva entrada de nuestro blog te contamos todo lo que necesitas saber sobre el trismus dental.
¿Qué es el trismus dental?
El trismus dental, también conocido como trismo, se suele definir médicamente como una contracción constante e involuntaria de los músculos de la mandíbula (especialmente de los músculos maseteros y los pterigoideos, responsables de la masticación) que dificulta e incluso puede llegar a impedir la apertura de la boca.
Habitualmente, la apertura bucal normal es de tres dedos aproximadamente. Es decir, una persona tiene la capacidad de abrir la boca una distancia comprendida entre 40 y 50 milímetros. Cuando se presenta trismus dental, la apertura de la boca puede verse disminuida a un dedo o incluso completamente impedida.
Es importante recalcar que el trismus dental no es una enfermedad como tal, es más bien un síntoma que puede ser una señal de alerta sobre distintas afecciones que, entre sus manifestaciones, pueden presentar dificultades para abrir la boca.
Causas del trismus dental
El trismus dental tiene una etiología multifactorial, esto significa que puede estar provocado por muchos motivos distintos. Normalmente, puede presentarse por problemas en los músculos masticatorios o en la articulación temporomandibular (ATM). Pero, en ocasiones, resulta ser el síntoma de una enfermedad más importante. A continuación, te contamos algunas de sus posibles causas:
- Algún traumatismo provocado por un fuerte golpe que haya podido afectar a los músculos faciales.
- Presencia de un tumor en el área mandibular o la aplicación de tratamientos de radioterapia o quimioterapia en la zona.
- Problemas en la articulación temporomandibular producidas por afecciones como el bruxismo.
- Disfunciones del sistema nervioso central, enfermedades neurológicas como el Parkinson o enfermedades como la artritis.
- Procesos infecciosos como el tétano o la otitis.
- Cirugías en zonas como cuello, cara o mandíbula o aquellas en las que el paciente debe permanecer con la boca abierta durante mucho tiempo.
Síntomas del trismus dental
Los síntomas del trismus dental pueden aparecer de manera gradual e incluso algunas personas pueden padecer este síntoma sin apenas notarlo. Algunas de las señales que pueden indicar que sufres trismus dental son:
- Dificultad para abrir la boca con normalidad.
- Dolor o hinchazón en la mandíbula.
- Sensación de rigidez en la musculatura mandibular.
- Molestias al masticar o tragar alimentos.
- Molestias para realizar la rutina de higiene oral habitual.
- Dificultad para hablar.
Ante cualquiera de estos síntomas, lo mejor es que consultes a tu dentista. Padecer trismus dental puede provocar desde molestias locales, hasta dificultades para cepillarse los dientes, pasando por enfermedades como gingivitis e incluso problemas para alimentarte correctamente.
Tratamientos para el trismus dental
El tratamiento del trismus dental depende de la causa que lo provoque. Por eso, es importante consultar al odontólogo para que te haga las pruebas pertinentes.
Lo normal es que te haga la conocida como prueba de los tres dedos (debes ser capaz de introducir tres dedos entre los incisivos centrales superiores e inferiores) para determinar si tu capacidad de abrir la boca está mermada y que te examine para determinar la causa.
El tratamiento habitual, suele ser la realización de ejercicios de apertura y cierre para generar una mayor apertura paulatinamente. Pero, en función de cada caso concreto, el dentista también puede recomendar terapia de calor, toma de analgésicos y antiinflamatorios, tratamiento con antibióticos en caso de que exista un proceso infeccioso e incluso cirugía si hay presencia de algún tipo de tumor.
Si tienes dudas y necesitas la opinión de un profesional, no dejes de visitarnos. ¡Te esperamos!