Te hemos hablado ya de afecciones como la gingivitis, la caries o la erosión dental… pero enfermedades bucales hay muchas más. Y una de las que no hemos tratado todavía en este blog es la pulpitis dental.

La pulpitis dental es una inflamación que puede llegar a ser molesta o dolorosa para el paciente y que necesita atención odontológica. Normalmente, su aparición se suele asociar a la presencia de caries, aunque puede tener diferentes causas y, también, existen diferentes tipos según el daño que se haya podido ocasionar.

¿Quieres saber más? En esta entrada te contamos qué es la pulpitis dental, sus causas y las formas en las que se puede tratar esta enfermedad.

Qué es la pulpitis dental

La pulpitis se define como un proceso inflamatorio que afecta a la pulpa dentaria. ¿Y qué es la pulpa dentaria? Un tejido conectivo blando que se encuentra en el interior de los dientes y que está formado por un conjunto de nervios y vasos sanguíneos.

La pulpa dental se encuentra protegida por tejidos duros como el esmalte y la dentina. Estos evitan que agentes patógenos puedan afectar a la zona interior de los dientes. Sin embargo, estas barreras protectoras pueden verse afectadas por diferentes factores, dejando a la pulpa dental expuesta.

Y, justamente cuando esto sucede, es cuando puede llegar a producirse la pulpitis dental, presentándose una inflamación que puede tener consecuencias que van desde una ligera sensibilidad, hasta incluso la pérdida de una pieza dental.

Causas de la pulpitis dental

Como ya hemos comentado más arriba, una de las causas más comunes de la pulpitis dental son las caries, pero este no es el único factor que actúa como desencadenante de la enfermedad.

Aunque es verdad que las caries y las enfermedades periodontales (como la piorrea) pueden llegar a perjudicar la estructura dentaria, dejando a la pulpa dental expuesta, existen otras causas posibles para la aparición de la pulpitis.

En este sentido, factores como la erosión dental, la abrasión dental, la fractura o fisura de algún diente debido a un traumatismo, la acción de algunos materiales utilizados para tratamientos dentales (resinas, cementos, etc.) o incluso la edad y el consumo de alcohol, pueden asociarse a la aparición de esta afección.

Tipos de pulpitis dental

Según el grado de afectación de la pulpa dental, podemos distinguir entre diferentes tipos de pulpitis:

• Pulpitis dental reversible. Puede ser aguda o crónica. Se produce una leve inflamación de la pulpa dental que está causada normalmente por el consumo de alimentos ácidos o azucarados o que están muy fríos o muy calientes. No suelen presentarse síntomas más allá de las molestias ocasionadas por el estímulo que la provoca y el malestar remite una vez este desaparece.
• Pulpitis dental irreversible. También puede ser aguda o crónica. Se produce cuando la inflamación de la pulpa dental está en un estado tan avanzado que hace imposible su regeneración y está causada por impactos continuados en la pieza dental o por traumatismos severos. Suele cursar con dolor intenso y, si no es tratada a tiempo, puede llevar a una necrosis pulpar.
• Necrosis pulpar. Puede ser total o parcial. Se produce cuando la inflamación de la pulpa no ha sido tratada a tiempo o cuando el riego sanguíneo se ve detenido a consecuencia de algún traumatismo y puede poner en riesgo el diente.

Cómo tratar la pulpitis dental

El tratamiento de la pulpitis dental suele depender de lo avanzada que se encuentre la enfermedad, así como del estado de salud bucodental del paciente.

Por lo general, el odontólogo evaluará cuál es la causa que está produciendo la pulpitis y qué tipo de pulpitis dental se presenta en cada caso concreto.

En el caso de la pulpitis dental reversible, lo normal es tratar la causa que ha originado la inflamación. Por su parte, cuando se trata de una pulpitis dental irreversible, es posible que el dentista aconseje una endodoncia o una pulpectomía total (la endodoncia también es efectiva para frenar la necrosis pulpar).

¿Nuestro consejo? Prevenir la pulpitis dental con una correcta higiene bucodental y acudir a la consulta del dentista por lo menos una vez cada 6 meses para una revisión completa que pueda contribuir a un diagnóstico precoz.